lunes, 27 de enero de 2014

"EL PRETICANTE" (Lectura Online).- Capítulo III









Paco Penas no pasa por su mejor momento, sin duda. Al ataque flagrante a su “yo” sufrido instantes antes, se une ese progresivo "acojonamiento" que crece conforme pasan las horas y las paredes del Hospital parecen cerrarse más y más en torno a su persona. Una vez que Paco (el "nuevo" 305-2) ha conseguido su pastillita "de la felicidad" parece que los problemas pueden empezar a tener solución; quizás una buena infusión de tila doble bien caliente, atempere sus nervios y le permita siquiera conciliar un dulce y reparador sueño. Pero Morfeo, que habita en todos y cada uno de los rincones de este planeta, por desgracia.....no ha pisado en su puñetera vida Medicina Interna ni el Hospital Puerta de San Pedro de La Línea.
Cuando Paco reposa tranquilo y parece entrar en ese duermevela que precede al sueño profundo, una vocecilla lejana agita su frágil consciencia.... "Antoniaaaaaaaaaaaaaaaa...."....dice la voz.
Paco se da media vuelta pensando que se trata de un mal sueño, y por unos segundos así parece... "Antoniaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa"...la voz ha aumentado ligeramente de potencia…abre un ojo pero se resiste a despertar del todo...pasan los segundos...silencio sepulcral...el ojo abierto de Paco vuelve a ir cediendo al cansancio del ajetreado día...todo vuelve a la paz y la normalidad...
- ¡¡ANTONIAAAAAAAAAAAAAAAA!!
Paco da un brinco que casi le hace caer de la cama, y siente como el corazón se le sube a la boca mientras los latidos martillean sin piedad su cabeza. El anciano desquiciado de la cama de al lado comienza a hacer una demostración palpable de que "la fuerza y resistencia del grito es directamente proporcional al producto de la edad y número de patologías del paciente, e inversamente proporcional al cuadrado de las benzodiacepinas pautadas" (Teoría de la Pérdida de Olla, pendiente de demostración científica aunque real como la vida misma).
- ¡¡ANTONIAAAAAAAAAAAAAAAA!!
- ¡¡ANTONIAAAAAAAAAAAAAAAA!!
- ¡¡ANTONIAAAAAAAAAAAAAAAA!!
Paco se pone en pie nervioso, y apenas acierta a introducir sus pies en las zapatillas que su esposa le trajo de casa...de hecho consigue ponerse una bien, mientras la otra baila peligrosamente en su dedo pulgar.
- ¡¡ANTONIAAAAAAAAAAAAAAAA!!
- Pero por Dios bendito, ¡¡de dónde saca esa fuerza este hombre!! (balbucea Paco, a la vez que se abalanza torpemente al llamador y pulsa el timbre para avisar al personal de planta....)
El timbre suena una vez, dos veces, tres veces,...a la cuarta parece que alguien apaga la llamada. La puerta se abre y una chica con pijama blanco le pregunta.....
- ¿Qué pasa?.....
- Cómo que qué pasa...
- Ha llamado usted al timbre, ¿no?....
- Claro, ¿no lo escucha?.........
- ¡¡ANTONIAAAAAAAAAAAAAA!!
- Ahhh, está llamando a Antonia...
- Sí, sí, eso está clarísimo, no hace falta que me lo diga, ya soy capaz de escucharlo yo solito sin ayuda...
- Es que Antonia es su hija.
- Como si es la Ministra de Fomento, oiga.
- Normalmente sólo viene por las mañanas, y lo dejan solo la tarde y la noche.
-¿Pero así? ¿en ese estado? ¿dando voces?... -La enfermera se encoge de hombros-
- En esta planta es lo habitual, pero no se preocupe que vamos a ver si se le puede dar "algo" para calmarlo.
Paco Penas, despeinado, ojeroso y con los nervios a flor de piel se sienta en su sillón y se coloca bien la zapatilla que le bailaba. Pasan los minutos, y aproximadamente doce "Antonias" más tarde (nueva unidad de medida del tiempo a partir de esa noche) la enfermera vuelve con una jeringuilla fina y un algodón.
- Es que su médico no le había pautado nada en su tratamiento, y he tenido que llamar al Internista de Guardia.
Internista de Guardia....tres palabras fatídicas que perseguirían a nuestro protagonista en sucesivas jornadas.
Tras unos minutos eternos (perdón, unas 35-40 "Antonias" más tarde), parece que el anciano cae rendido por el milagroso fármaco administrado...Paco mira su reloj...las 3 de la mañana.
- Voy a intentar dar una cabezadita que mañana me tienen que sacar sangre temprano- piensa mientras se levanta de su sillón y se dirige con parsimonia a la cama.
En la oscuridad de la noche, todo vuelve a la más absoluta normalidad; el silencio inunda el pasillo del hospital que solo se ve alterado por la lejana conversación de los enfermeros y auxiliar del turno de noche y por el leve cimbrear del viento que golpea la ventana.
Todo vuelve a su cauce y Paco consigue conciliar un sueño profundo...sueña que está en casa, viendo el partido de la Copa de Europa con una hermosa y fría cerveza en la mano y un bocata de lomo bien calentito en la otra...El R.Madrid ataca y encierra en su área al Milán...Figo centra un balón preciso a la cabeza de Raúl que está solo en el área y cabecea con fuerza... el portero está batido y el balón vuela hacia la portería... y de repente...
- ¡¡ANTONIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!

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